sábado, 10 de abril de 2010

TE VÍ Y ME VÍ- D. Rodríguez

Te vi en mi vida
Te vi a solas
Te vi arrastrando soledades
Te vi perdiéndome

Me vi en tus sueños
Me vi contigo
Saqué conclusiones estruendosas.
Palpita mi pecho en recuerdos imborrables.
Me vi afuera de la desilusión.


¿Por qué te alejas?
¿Por qué me estorbas?
¿Cuándo te olvido?
¿Cuándo te iras?

Me vi en luciérnagas
Me vi queriendo
Me vi perdiéndome

Te vi en suspenso
Te vi tan lejos
Te vi mintiéndote

Escondo la mitad de mi alma.
Propongo mi realidad más hermosa.
Emprendo mi vida y enfrento mentiras.
Hoy no te veo y suele pasar que tú no prometes nada; pero me meto con las expectativas que vencieron mi rostro sombrío.

03/noviembre/09

Alguna vez 1952- D. Rodríguez

Alguna vez no pensé en el otro lado del mar.
Alguna vez imaginé mi irreal.
Alguna vez me equivoqué.
Alguna vez me encapriché.
Alguna vez me enamoré.

Tengo 1952 lágrimas que esperarán.
1952 sonrisas que no veras.
1952 canciones que no escucharás.

Me come el diablo que se asoma para verme fallar. En eso vivo, cada instante, cada orilla.

Alguna vez caí en trampas.
Alguna vez lloré cuando me dejaron.
Alguna vez hice el amor.
Alguna vez me cegué.
Alguna vez me ilusionaron.

Tengo 1952 promesas que no creeré.
1952 preguntas que no contestarás.
1952 razones que no te explicaré.
1952 poesías que no declamaré.

En tardes mi memorial se queda en retrospectiva para ser espectador de tus ojos sinceros, de aquellos abrazos francos, de tu voz queriéndome sólo para ti.
Y es cuando mis neuronas despiertan y empiezan a exigir respuestas, verdades, sentidos.

1952 palabras que ya destrocé.
1952 noches que te esperé.
1952 besos quise darte.
1952 letras que no escribiré.
1952 tristezas que ya sofoqué.
1952 suspiros que por ti provoqué.

Alguna vez me sentí sola.
Alguna vez me amaron.
Alguna vez me extravié.
Alguna vez me abandonaron.
Alguna vez me emborraché.

Pero entre mi alma y el inconciente se conocen las nuevas cosas. Crecen juntas, sienten juntas.
Experimento la bienvenida de traiciones en mi espalda, experimento recuerdos pasados para volver a anhelar cada detalle.

1952 pensamientos que te extrañaron.
1952 latidos que te llamaron.
1952 pasos que te siguieron.
1952 luces que se apagaron.
1952 miradas que me robaste.
1952 confusiones que me trajiste.
1952 sueños que volaron y no se por qué…

03/noviembre/09

¿De qué me visto…? D. Rodríguez

¿Hoy qué me recomiendas? ¿Me visto de sueños o me visto de mentiras?
Me vestiré de soledades para calmar la intempestiva. Una soledad es la que me regala tu viejo silencio todas las tardes.
En las paredes se escriben historias; y he de entender que tiraste mi cariño por la borda cuando extravié mis sentidos o los cambié por tu boca.
También puedo asegurar que mis deseos no se conocen cuando se trata de que seas feliz. Siento decir que esa posibilidad no me enorgullece.
Tanto te envidio, tanto te cuento, tanto te pienso…
En las pocas cosas que quedan de ti he sabido que la claridad del día en el que me encontraste se vuelve el error más limpio que he jugado.

Tengo ganas… D. Rodríguez

Tengo ganas de no pensar, de no sentir, de no seguir aquí.
Tengo ganas de idealizar, de cerrar, de embonar las piezas.

Esas luces largas aseguraste.
Esas dichas a medias sólo encontraste.
¿En razón de qué te apoderaste del sol de mi sonrisa?
¿Con permiso de quién pudiste llevarte mi sombra más profunda?

Tengo ganas de no equivocarme.
Tengo ganas de besar.
Tengo ganas de no entenderte.
Tengo ganas de volar.

Si algún día vuelves a buscar las sobras de mi inconciencia, ni se te ocurra voltear.
Si alguna vez recuerdas mi impaciencia, sólo te quedará llorar.

Tengo ganas de volver a ser la que no sabía, la que sólo reía de tus frases cortas. De volver a ser la que no conocía destellos de hipocresía o calamidad en ironías.
Tengo ganas de soplar tu piel.
Tengo ganas de saber qué hacer.

Las horas determinan mi nostalgia. Razono que tu claridad era falsa y que al buscarme me mentías.
Así es como se envuelve esta historieta, llena de fuegos y estrellas; que se rompen cuando mi coherencia se vuelve a encontrar con lo que yo era.

Tengo ganas de saltarme estas tristezas.
Tengo ganas de olvidar tanta fantasía.
Tengo ganas de borrar todas tus huellas.
Tengo ganas de no haberte conocido.

06/noviembre/09

El mundo de mi egolatría (D. Rodríguez)

Hasta las cenizas se lamentan por un rato.
Hasta las equinas se detienen en asombro.
Se que si esta mañana se me olvida tu ventana, estaré volando y no sabrás de mí.
Deja caer el mundo de mi egolatría, porque admito que no estoy en tu cabeza para enfrentar tus decisiones o entender tus errores.
Basta ya de esta silueta, basta de tantas vueltas de una sola estupidez.
Sin fundamentos te quedas y yo estorbo en tus fantasías al vacío.
Letras que lloran por dentro, así es como vivo un último instante.
Apenas encuentro el temor en mis garras.
Me quedo con mi sonrisa y mi música que suena en cada escena de mi locura.
Todas mis equivocaciones están plasmadas.
Toda la decepción en mí se jacta de no tener razones para ser lo que hoy soy.
Soy un remedo de inocencia que pretende estar a la mitad.
Soy una burla de lamentos que voltea para mirar hacia atrás. Donde me perdono por no merecer más satisfacciones. En donde rescato mis obsesiones, donde se queda mi cerebro un día más.
Soy la hipocresía inversa.
Soy una canción que se rompe en deseos.
Soy las esporas de un invento para no quedar tan lejos.
Busco la señal que me indique en qué punto empezó a importarme.
En qué estación desnudé la superficie de mi juicio.
Tal vez no comprendas, sólo escucha este grito que pide sobriedad.
¿Por qué mejor no me voy a la mierda?
En esas mentiras verosímiles aparezco, con poco para entregar mis ambiciones.
No puedo alcanzar a ver las armonías. ¡Ayúdame!, que no tengo la solución a todos mis complejos. ¡Sálvame¡ que la lluvia ha llegado para embriagar mi confusión.

15/noviembre/09

A todos mis enemigos (D. Rodríguez)

Cae de noche mi frente desde los cielos.
Yo nunca recogí las estrellas que proponían infinito.
Se apagó mi luz cuando aterricé en el suelo confundido, en donde olvidé la dignidad.
Deja llorar a espaldas de mi honra y llama a tu esencia que cimienta mi felicidad.
Atrapado esta mi nombre en el agua que escurre como gotas de pesimismo en las nubes moradas.
Ruego a Dios que vuelva a encontrar los pedazos de mi corazón roto y redescubra su identidad. Ruego al universo que no me haga susceptible en los frentes de nostalgia, que envuelva a aquél hombre por el que me perdí en un sueño de olvido y magia para mi tranquilidad.
Que las neuronas de los horizontes sin inocencia se aniquilen de mi vista.
Yo no sabía de ansias o malicias en primavera, yo no sabía de tus trampas para que cayera la más blanca de mis disposiciones.
¡Oh perdición! Que cuida de cada paso que doy dentro de atmósferas escalofriantes en un mundo de agonía. Un amor destrozado que arrastra mil y un lunas de tribulaciones que quedan muy a parte de este conflicto en la existencia.
Esos enemigos que me hallaron sin que yo los buscara, a ellos me enfrento en cada palabra y en cada canción. ¡OH que ardiente se siente!, despertar en una nueva neblina y saber que están ahí: la nostalgia, el prejuicio, la traición, el pesimismo, la apatía, los imposibles y que al final todos me derrotaran si es que me deshago de las orillas de mi concepción única.

Otro intento en el que desvelo mis ojos sin brillo por estar al alba.
Pierdo el camino, pierdo las riendas.
Me adormezco creyendo en fantasías de apariencia y de una vez muero…
Muero sin poder llegar a la cima de este juego al que llamamos “vida”.

A todos mis enemigos me enfrento; en cada aire, en cada sol, en cada lágrima.
En el techo de tristezas colecciono mis armas de lo patético, de una pretensión a escondidas de mis labios secos.

A todos mis enemigos dejaré entrar a la antesala de mi cerebro, que se instalen en las razones sin fundamento. Que me obliguen a crecer en estas tierras de dolor y sombra.
Ya vendrán las buenas cosas y veré hacia arriba que se escriben mis ganas de ser feliz.

Se busca… (D. Rodríguez)

Ves que se filtran las ilusiones en tu techo triste.
Cómo quisieras alcanzar las estrellas que una vez tocaste.
Pides de vuelta tu sonrisa a costa de tus demonios.
Hoy te miras y te das cuenta que hace mucho no escuchabas estas historietas.
Son letras de papel y amargura que se comen tus días.
Bajo miles se señales perdiste tu nombre más profundo. No es un título ni un símbolo.
Es el núcleo más hermoso de todo ser. Eso que llamamos sueños.
¿Dónde están tus sueños en esta parte de tu edad?
Los has humedecido en imposibles y en observaciones baratas.
Cómo quisieras de vuelta a tus sueños.
Se han extraviado como se extravía un chiquillo; como la sombra se pierde en la oscuridad.
Deja ya de estacionarte en el mismo asfalto que te agobia.
Termina de llorar esta grieta y busca el vestido de la alegría. Alguna vez lo usaste y ¿dónde queda?...
Tú ya te enamoraste, ¿lo recuerdas? Y aunque no vino de vuelta hay que caminar.
Porque antes que nada estaban tus sueños, tal vez ingenuos, pero muy tuyos.
Se busca la maravilla del orgullo que te hizo florecer. No me digas que ahora no sabes dónde está.
Sal a buscar con tus manos y tu hermosura todo lo que ahora lamentas. Sal de esta cueva en apatía.
Tú nunca mentiste.
Mira tus argumentos y mira su cobardía.
Tienes las palabras y ellos la mediocridad.
Sal por todo aquello que te identifica, corre y ve por tus amigos.
Ve y juega con el aire, porque ahí se esconde tu feliz voluntad.

30/diciembre/09.Escrito hace aproximadamente 3 meses · Comentar